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Esta situación agrava la crisis, pero hay la voluntad política del presidente José Jerí por acabar con la criminalidad y violencia en el Perú.
Ni vacar a Dina Buluarte ni el cambio de gobierno ha aplacado la crisis política y social que vive el Perú. Y es que tras la muerte de Eduardo Ruiz Saénz, de 32 años, en la denominada marcha de la Generación Z, que se realizó el último miércoles, se agravó la situación porque de inmediato las miradas de la izquierda se dirigieron a ‘tumbar’ al presidente de la República, José Jerí, a exigir la salida de Fernando Rospigliosi de la Mesa Directiva del Parlamento Nacional e incluso los protestantes más radicales siguen exigiendo el cierre del Congreso y “que se vayan todos”.
Policía ejecutó disparo
Y lo peor llegó cuando el Comandante General de la Policía Nacional del Perú, Óscar Arriola, con bastante pesar informó que el autor del disparo que mató a Eduardo Ruiz fue efectuado por el suboficial de tercera de la PNP Luis Magallanes, perteneciente a la división de investigación criminal, que se encuentra internado en el hospital de policía con un diagnóstico de una contusión policontusa, porque también fue masacrado por una turba de manifestantes.
Según Arriola bajo los cánones de la PNP decidieron separar al suboficial Magallanes y también a los generales que estuvieron a cargo del plan operativo ya que se acordó que ningún efectivo policial iba a utilizar armas de fuego durante la marcha de protesta.
“Magallanes ha sido separado de su cargo y puesto a disposición de la autoridad competente”, dijo Arriola, que además indicó que el efectivo había sido agredido previamente, motivo por el cual se encontraba internado en un hospital, aunque ello no justifica para la izquierda “el uso desmedido de la fuerza”.
